martes, 30 de noviembre de 2010

no excusas



NO ESCUSAS

Diga el débil “fuente soy”
Joel 3:9-10 dice:”proclamad esto entre las naciones, proclamar guerra, despertad a los valientes, acercándose, vengan todos los hombres de guerra. Forjad espadas de vuestros asadores, lanzas de vuestras haces; diga el débil “fuerte soy”
Una de las tareas más preciosas es poder llegar a ver cada una de las personas que están a cargo son valientes. No veas en la gente lo que tus ojos normalmente ven, sino el potencial que puede llegar a desarrollar. Muchos de nosotros somos valientes pero estamos dormidos y el  espíritu santo no ha despertado. Tenemos que ver transformados nuestras vidas los temores en fortalezas.
Un ejemplo de dejar a un lado  de las excusas es lo que sucedió con el que ha sido el mejor basquetbolista del mundo. La primera vez que Michael Jordán intento jugar básquetbol el equipo le dijo que no servía para juga. Su madre le dijo que, con la misma fuerza que tenia para deprimirse, entrenara. Al regresar logro entrar al equipo. El decía: “donde no puedo, voy a ser el mejor”.
Muchas cosas se oponen al desarrollo de nuestras vidas y nuestros doce. Nosotros podemos ver en nuestras vidas excusas donde otros miran oportunidades para demostrar algo. Donde la excusa se hace manifiesta, el toque de la trompeta  de retinara es inevitable.
Lo que era una hoz se convirtió en un arma de guerra. Las excusas se empiezan a romper cuando se empieza a confesar lo contrario.
El apóstol pablo confesaba cuando era débil, se convertía en fuerte porque el poder de dios reposaba sobre él. Se concentro en el poder de dios que reposaba sobre él, en vez de concentrarse en su debilidad “y me ha dicho. Bástate en mi gracia porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de una buena gana me gloriare más bien en mis debilidades, para que repose en mi el poder de Cristo”. (2° corintios 12:9)
Jesús busco al amargado, al dolido y al quebrantado, porque sería gente agradecida. La gente agradecida es la que mejor sirve. Aceptan desafíos, quieren cambiar al país, etc. lo mismo hizo David con los amargados, los reclutó para su ejército. Muchos piensan que, debido a que fracasaron a ministerios anteriores, ahora no podrán ser usados por dios y servirle. Pero eso no es cierto.


Un ejemplo de moisés
La primera etapa de los fracasos son las excusas. Hasta Dios respeta las excusas, aunque no las da por verdaderas. Aquí está un hombre llamado moisés, lleno de debilidades y excusas, las cuales trajo ante Dios sin embargo dios tuvo misericordia de él y lo uso para liberar su pueblo de la esclavitud.
En éxodo 3:11-15, “entonces moisés respondió a dios: ¿quién  yo para que vaya a el faraón y saque de Egipto  a los hijos del Israel? y él respondió: ve, porque yo estaré contigo y esto será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis  a dios sobre este monte”.
La primera excusa de moisés tuvo que ver con el mismo: no se creía capaz de lograr el llamado de dios. El alfarero pudo hacer una buena vasija del barro que se forma. Dios te escogió aunque no seas el más apto, pues te va a transformar en el proceso. Tu confianza no puede estar n ti mismo, si no en el que te acompaña. Si la confianza no puede estar ente mismo, si no en el que te acompaña. Si la confianza esta en ti mismo, vas a topar; si esta en el que te acompaña, tendrás éxito.
La segunda excusa tenía que ver con el nombre de dios, su identidad. Dijo moisés a dios. He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les dijo: el dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros  si ellos me preguntaren. ¿Cuáles su nombre? ¿Qué les responderé?

Dios no había enviado a moisés a contarles a los Israelistas cuál era su nombre si no a liberarlos: moisés se escudo en su falta de conocimiento, pero dios le respondió. “yo soy el que soy, y dijo: asid iras a los hijos de Israel. Yo soy me envió a vosotros.
“entonces moisés respondió diciendo: he  aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz, porque dirán. No te ha aparecido a Jehová”. La tercera excusa tenía que ver con que lo escucharían a e, con su credibilidad. Pero dios le dio señales para que viéndolas, creyera en estas. Dios le dijo: “si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera”. Así mismo el señor dijo que para aquel que creyera, las señales de sanidades y milagros lo seguirían.
Dios estaba trabajando con la humildad de moisés al botar todas sus excusas y hasta le dio un susto para que viera su poder al convertir su vara en serpiente. Los que no queremos creer somos nosotros, pues el mundo está necesitado de creer.
Moisés no sabía ni lo que iba a decir, pero obedeció. Dios empezó a trabajar primero con la fe de moisés. El pensaba, “si no agarro la culebra me va a matar” y “si no lo hago lo que me dice, me voy a quedar leproso”.
Aun así le puso una excusa mas, que tenía que ver con su capacidad: “ay señor”, nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni después que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua”. Dios es quien está en nosotros y quien nos ayuda en nuestras debilidades, por lo que debemos confiar que el suplicara para todas esas necesidades. El dijo a moisés que las señales lo acompañarían y por esas los Israelistas creerían, y demás le aseguro que estaría en el y su boca nos envió a predicar a todas las naciones.
Deja a un lado las excusas
El que encontró la justa excusa en su vida, se acaba de subir a la autopista de los fracasos, la cual esta congestionada. No te subas allí, por favor tú no tienes el derecho de dejar sin explorar el potencial que llevas dentro. Tienes el deber y la obligación de hacer que todo el potencial que llevas dentro salga y deje a un lado toda excusa. Aquel que pone excusa está cavando la fosa en la cual habrá de caer.
En algunos, sus mismas virtudes lo han hecho triunfar, en otros han sido su tropiezo por que se confían. Muchos de nuestros sentimientos de frustración son las consecuencias de haber dado lo mejor.
A jeremías le dijo que no tomara por excusas que era un niño, a Abraham, que no dijera que era muy viejo. No permitió a moisés poner excusas sobre su capacidad  ni a Gedeón sobre su origen y procedencia. Uso a ambos como a otros. A pablo, un estudioso, a Pedro, un consejero de la corte imperial. Dios ha usado a hombres como a mujeres, a judíos como a gentiles, a jóvenes, niños y ancianos. Dios te puede usar a ti también.
No diga “no sé”, pregunte como “como”, todos tenemos neuronas que poner a andar. Convierte esa debilidad en fortaleza con el poder del espíritu santo (convierte el azadón en espada).
Nuestra tarea como líderes es hacer que nuestras ovejas boten las excusas para que den fruto, aunque caigamos mal. Debemos presentar desafíos para que la fe de la gente crezca y pueda ver maravillas de dios.


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