jueves, 6 de enero de 2011

¿QUE DIFICIL ES PERDONAR?


QUE DIFÍCIL ES PERDONAR”


Así empieza la historia:
Yo afirmo que alguien me hizo algo
Declaro que lo que me hizo es malo.
Afirmo que lo hizo deliberadamente.
Prometo no perdonarlo.
Prometo no hacérselo saber.
Prometo decírselo a mucha gente y tratar de dañarlo.
Prometo ser víctima para siempre.
Evitare cualquier relación con él.

Así odiamos todos a alguien alguna vez en la vida o muchas veces.
Así guardamos internamente nuestros resentimientos y rencores.
Sabemos que el odio nos daña,
Pero nos quedamos disfrutando el morboso y cómodo placer de odiar.
Y así nos vamos cerrando puertas y envenenando nosotros mismos con estos rencores.
¿Quieres perdonar?
Depende de ti.
En tu corazón es donde tienes que hacerlo.
¿Qué difícil?
Mucho.
Quizás de las cosas más difíciles de la vida.
¿Sirve?
Tremendamente.

Son las acciones que dan más fortaleza y más felicidad.

SEÑOR Y PADRE MIO, TE DOY GRACIAS, MUCHAS GRACIAS


MI DIOS

Al terminar este año quiero darte las gracias por todo lo que recibí de ti.
Gracias por la vida y el amor, gracias por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y también por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar, las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.
Hoy quiero pedir perdón: por el tiempo que he perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra mal dicha, por las obras vacías, por el trabajo mal hecho, por el buen consejo no escuchado, por vivir sin entusiasmo, por el estudio olvidado, por la oración que fui aplazando y que hasta ahora vengo a ofrecerte, por todos mis olvidos
, descuidos y silencios, te pido perdón, Señor, perdón.

SEÑOR:
Al iniciar el nuevo año, detengo mi vida y te la presento.
Te ofrezco mis luchas, mi esfuerzo, mis sacrificios y mi trabajo, también mis alegrías, mis noches frías y mis días felices.
Te pido por mí y por los míos, la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Te pido por las personas que amo, por las amistades nuevas, por los que están cerca de mí, también por los que están lejos, por los que me dieron la mano, por los que pude ayudar, por aquellos con los que compartí mi vida, el trabajo, el dolor, las alegrías y las tristezas.
Te pido por aquellos que han mantenido su corazón duro para escucharte.
Enséñame a vivir cada día: con optimismo y bondad, llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión, como si fuera el último día de mi vida.
Cierra mis oídos a toda falsedad, y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces y las derrame a mi paso.
Cólmame ¡Ho! Señor, de bondad y alegría, para que cuantos viven conmigo y los que se acerquen a mí, encuentren en mi un poquito de ti.
Dame un año feliz y a cuantos tratamos de encontrar tu luz.

  Enséñame día con día, a repartir amor, paz y felicidad

miternura